INTRODUCCIÓN
La conducción de automóviles y motocicletas es una actividad cotidiana para muchas
personas, debido a diversos motivos.
Sin embargo, un importante número de
individuos que realizan este tipo de prácticas también consumen algunos psicofármacos, que se pueden definir como: “producto farmacéutico
compuesto por sustancias psicotrópicas utilizado como objeto del tratamiento de
padecimientos psíquicos o neurológicos” (1). Dadas estas características, pueden alterar la habilidad de esta actividad a la hora de conducir, los efectos
de estos medicamentos son a nivel de
sistema nervioso, lo que puede involucrar la alteración de diferentes
habilidades cognitivas y motoras, que
son esenciales para conducir.
En Latinoamérica, los psicofármacos
son el tercer grupo de medicamentos más comercializados, especialmente
antidepresivos (35%) y ansiolíticos (5%) (2). En este sentido, en un estudio
en Colombia, sobre comportamiento de consumo de ansiolíticos e
hipnóticos en el periodo de 2008 a 2013 en población de pacientes afiliados al Sistema General
de Seguridad Social en Salud, se
encontró un crecimiento del 103% de
1.737.673 pacientes en 2008 a 3.527.759 en 2013 (2). De acuerdo a estos
patrones de consumo, es relevante indagar en el tema y sus posibles
repercusiones, debido a que es indudable que muchos de los pacientes que
mantienen consumo de este tipo de fármacos conducen automóvil o motocicleta. Lo cual no solo puede poner en riesgo al
propio conductor, sino a todo aquel que se cruza en su camino, causar
accidentes, lesiones y finalmente la
muerte.
Por otra parte, en Colombia, de
acuerdo con la información preliminar del Observatorio Nacional de Seguridad
Vial (ONSV) en 2017 se registraron un total de 6.479 fallecidos a causa de
accidentes viales, de los cuales la
mayoría de ellos eran usuarios de motocicleta, seguido de peatones y en
tercer lugar conductores de vehículos, en el mismo periodo se reportaron 38.073
lesionados por este tipo de hechos (3). Dada la gravedad de los hechos, es
relevante conocer e indagar en las causas que mantienen la situación e
intervenir en ellas.
Los psicofármacos que la literatura
evidencia que se relacionan con afectaciones en la conducción son
principalmente: ansiolíticos, antidepresivos e hipnóticos, de los cuales se
examinará evidencia al respecto.
Ansiolíticos
En Colombia, en el periodo de 2008 a 2013 los
psicofármacos más utilizados fueron, fueron clonazepam 44,1%, alprazolam 31,2% y lorazepam 13,2%
(2). De
acuerdo al Manual de Diagnóstico y Estadística para desórdenes
mentales (DSMV), el consumo de benzodiacepinas está
asociado a reacciones adversas medicamentosas
que van desde la somnolencia e incoordinación motora hasta cambios de
conducta, tolerancia y dependencia (4). Estas
reacciones, pueden llegar a repercutir
de manera considerable en la habilidad a la hora de conducir motocicleta o automóvil, lo cual aumenta considerablemente los riesgos
de accidentes.
En este sentido, en un estudio realizado en Bogotá, en
pacientes atendidos en urgencias por intoxicación aguda con sustancias
psicoactivas, las benzodiacepinas son
las sustancias implicadas en el 83% de los casos (5). Aunado a ello, otro
estudio realizado en conductores de la ciudad de Bogotá con policonsumo de
sustancias, la combinación de benzodiacepinas y alcohol, se asoció con
alteración de las funciones mentales
superiores (6), lo cual afecta la capacidad de respuesta al estar frente al
volante y aumenta el riesgo de accidentes.
Antidepresivos
El consumo de algunos antidepresivos
es otro de los fármacos que se
relacionan con dificultades a la hora de conducir. De acuerdo a estudios, la mayoría de los tri y tetracíclicos
tienen efectos negativos agudos al momento de conducir, a excepción de la mianserina. Caso
contrario, los
inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y el inhibidor de la
recaptación de serotonina norepinefrina, venlafaxina y milnacipran, no
afectaron la capacidad de conducción, la trazodona sugiere evidencia de
efectos agudos con la dosis en relación
a la conducción (7). Es de gran
interés este grupo de fármacos, debido a que son los de mayor consumo en los
países latinos, y con ello las diferentes reacciones adversas que pueden
afectar no solo la conducción, sino la calidad de vida de los pacientes.
Hipnóticos
Las pastillas para dormir, o mejor
conocidas como hipnóticos, se relacionan con diferentes eventos como muerte
por sobredosis, diferentes morbilidades como: depresión, mala conducción
entre otras (8). Otros estudios relacionados señalan que puede haber un deterioro psicomotor
importante después de usar
benzodiacepinas o drogas relacionadas, cannabis, opioides, GHB o ketamina
(9).
El consumo de diferentes psicofármacos en población
conductora se tiene que monitorear, debido a que estos medicamentos tienen
efectos en sistema nervioso, lo cual puede alterar la capacidad de conducir,
y generar consecuencias en morbilidad y mortalidad en la población.
MENSAJES
CLAVE
· Se recomienda informarse con su médico o farmacéutico sobre los posibles efectos adversos del consumo de antidepresivos, ansiolíticos e
hipnóticos, así como la posibilidad de accidentes mientras se conduce.
· Para la prescripción de medicamentos que influyen en la
conducción, se recomienda diseñar manuales de educación farmacéutica para
profesionales de la salud, sobre su
uso racional. Además para los
pacientes acerca de los cuidados a considerar en su consumo.
· No se debe mezclar el consumo de psicofármacos con
alcohol y otras drogas. Se debe preguntar al médico o farmacéutico sobre las
consecuencias de combinar los
psicofármacos con otros no recetados
por el médico, como por ejemplo; antihistamínicos y demás.
· Se recomienda el no sobredosificarse
en el consumo de los medicamentos
antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos, y
un tratamiento complementario psicoterapéutico.
· Se sugiere manifestar sobre el consumo de estos
medicamentos al realizar alguna prueba de aptitud de conducción.
· Restringir la práctica de conducción en paciente con
consumo considerable de psicofármacos que comprometa dichas habilidades.
· Se recomienda tener en cuenta la rutina del paciente al momento de realizar la prescripción de psicofármacos, debido a la ejecución de trabajos
que involucren maquinaria que
requieren cuidados y precisión, por lo
que pueden verse afectados al respecto; además de aumentar el riesgo de accidentes en contextos
laborales.
· Se recomienda, ante la sospecha de alteraciones de la salud mental acudir a profesionales como
médicos generales, psicólogos,
psiquiatras, etc.
·
Se sugiere contar con redes de apoyo social (familia,
amigos, trabajo, etc.)
CONCLUSIONES
La conducción de automóvil, motocicleta y demás, son prácticas cada vez más comunes
en la sociedad, el conducir requiere de diferentes habilidades cognitivas y
físicas, por lo tanto, se tiene que estar en las mejores
condiciones al respecto para disminuir riesgos de accidentes. Sin embargo, el consumo de
psicofármacos es un hecho que no podemos ignorar, su aumento de manera considerable en la
sociedad es cada más preocupante, dado que las personas que ingieren estos medicamentos a
su vez están frente al volante en las
calles. Además, es necesario tener en cuenta y generar restricciones
en torno a la prescripción, consumo y prácticas de conducción por parte de
los pacientes con consumo.
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REFERENCIAS
2.
Machado-Alba Jorge Enrique,
Alzate-Carvajal Verónica, Jimenez-Canizales Carlos Eduardo. Tendencias de
consumo de medicamentos ansiolíticos e hipnóticos en una población
colombiana, 2008-2013. Rev.colomb.psiquiatr. [Internet]. 2015; 44(2): 93-99. Disponible en:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-74502015000200005&lng=en.
4.
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5 th Ed. Arlington,
VA: American Psychiatric Association; 2013.
5. Cárdenas L, Orjuela R, Téllez-Mosquera J. Perfil
clínico y demográfico de pacientes atendidos en los servicios de urgencias,
por intoxicación aguda con sustancias psicoactivas. Bogotá D.C., julio 2010-
junio 2011. Rev.fac.med. [Internet]. 2012;60(4): 265-273. Disponible en:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-00112012000400002&lng=en.
6. Sánchez OA, González JO, Dominguez C, López A. Estudio de
policonsumo en una muestra de conductores de Bogotá, año 2005. Rev Fac Med Univ Nac Colomb. 2007; 55:
14-23. Disponible en:
https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/21972
7.
Brunnauer A, Laux G. Driving Under the Influence of Antidepressants: A
Systematic Review and Update of the Evidence of Experimental and Controlled
Clinical Studies. Pharmacopsychiatry. 2017;50(5):173-81. Doi: 10.1055/s-0043-113572
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