lunes, 16 de diciembre de 2019

¿Sabía usted qué el consumo de algunos psicofármacos disminuye la capacidad para conducir?




INTRODUCCIÓN

La conducción de  automóviles y motocicletas  es una actividad cotidiana para muchas personas,  debido a diversos motivos. Sin embargo, un importante  número de individuos que realizan este tipo de prácticas también consumen algunos  psicofármacos, que se pueden definir  como: producto farmacéutico compuesto por sustancias psicotrópicas utilizado como objeto del tratamiento de padecimientos psíquicos o neurológicos” (1). Dadas estas características,  pueden alterar la habilidad  de esta  actividad a la hora de conducir, los efectos de estos medicamentos son  a nivel de sistema nervioso, lo que puede involucrar la alteración de diferentes habilidades  cognitivas y motoras, que son esenciales para conducir.  

En Latinoamérica, los psicofármacos son el tercer grupo de medicamentos más comercializados, especialmente antidepresivos (35%) y ansiolíticos (5%) (2). En este sentido, en un estudio en Colombia,  sobre  comportamiento de consumo de ansiolíticos e hipnóticos en el periodo de 2008 a 2013 en  población de pacientes afiliados al Sistema General de Seguridad Social en Salud,  se encontró un crecimiento  del 103% de 1.737.673 pacientes en 2008 a 3.527.759 en 2013 (2). De acuerdo a estos patrones de consumo, es relevante indagar en el tema y sus posibles repercusiones, debido a que es indudable que muchos de los pacientes que mantienen consumo de este tipo de fármacos conducen automóvil o motocicleta.  Lo cual no solo puede poner en riesgo al propio conductor, sino a todo aquel que se cruza en su camino, causar accidentes,  lesiones y finalmente la muerte.

Por otra parte, en Colombia, de acuerdo con la información preliminar del Observatorio Nacional de Seguridad Vial (ONSV) en  2017 se registraron  un total de 6.479 fallecidos a causa de accidentes viales,  de los cuales la mayoría de ellos eran usuarios de motocicleta, seguido de peatones y en tercer lugar conductores de vehículos, en el mismo periodo se reportaron 38.073 lesionados por este tipo de hechos (3). Dada la gravedad de los hechos, es relevante conocer e indagar en las causas que mantienen la situación e intervenir en ellas.

Los psicofármacos que la literatura evidencia que se relacionan con afectaciones en la conducción son principalmente: ansiolíticos, antidepresivos e hipnóticos, de los cuales se examinará evidencia al  respecto.

Ansiolíticos

En Colombia,  en el periodo de 2008 a 2013 los psicofármacos  más utilizados fueron,  fueron clonazepam  44,1%, alprazolam 31,2% y lorazepam 13,2% (2). De acuerdo al Manual de Diagnóstico y Estadística para desórdenes mentales (DSMV), el consumo de benzodiacepinas está asociado  a reacciones adversas medicamentosas que van desde la somnolencia e incoordinación motora hasta cambios de conducta, tolerancia y dependencia (4). Estas  reacciones,  pueden llegar a repercutir de manera considerable en la habilidad a la hora de conducir  motocicleta o automóvil, lo  cual aumenta considerablemente los riesgos de accidentes.

En este sentido, en un estudio realizado en Bogotá, en pacientes atendidos en urgencias por intoxicación aguda con sustancias psicoactivas,  las benzodiacepinas son las sustancias implicadas en el 83% de los casos (5). Aunado a ello, otro estudio realizado en conductores de la ciudad de Bogotá con policonsumo de sustancias, la combinación de benzodiacepinas y alcohol, se asoció con alteración de  las funciones mentales superiores (6), lo cual afecta la capacidad de respuesta al estar frente al volante y aumenta el riesgo de accidentes.


Antidepresivos

El consumo de algunos antidepresivos es otro de los fármacos que  se relacionan con dificultades a la hora de conducir. De acuerdo a estudios,  la mayoría de los tri y tetracíclicos tienen efectos negativos agudos al momento de conducir,   a excepción de la mianserina. Caso contrario,  los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y el inhibidor de la recaptación de serotonina norepinefrina, venlafaxina y milnacipran, no afectaron la capacidad de conducción,  la trazodona sugiere evidencia de efectos agudos  con la dosis en relación a la conducción (7).  Es de gran interés este grupo de fármacos, debido a que son los de mayor consumo en los países latinos, y con ello las diferentes reacciones adversas que pueden afectar no solo la conducción, sino la calidad de vida de los pacientes.


Hipnóticos

Las pastillas para dormir, o mejor conocidas como hipnóticos, se relacionan con diferentes eventos como muerte por sobredosis, diferentes morbilidades como: depresión, mala conducción entre otras (8). Otros estudios relacionados señalan que  puede haber un deterioro psicomotor importante  después de usar benzodiacepinas o drogas relacionadas, cannabis, opioides, GHB o ketamina (9).

El consumo  de diferentes psicofármacos en población conductora se tiene que monitorear, debido a que estos medicamentos tienen efectos en sistema nervioso, lo cual puede alterar la capacidad de conducir, y generar consecuencias en morbilidad y mortalidad en la población.


MENSAJES CLAVE

·    Se recomienda informarse con su médico  o farmacéutico  sobre  los posibles efectos adversos del  consumo de antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos, así como la posibilidad de accidentes mientras se conduce.
·   Para la prescripción de medicamentos que influyen en la conducción, se recomienda diseñar manuales de educación farmacéutica para profesionales de la salud,  sobre su uso racional. Además para los   pacientes acerca de los cuidados a considerar en su consumo.
·      No se debe mezclar el consumo de psicofármacos con alcohol y otras drogas. Se debe preguntar al médico o farmacéutico sobre las consecuencias de  combinar los psicofármacos  con otros no recetados por el médico, como por ejemplo; antihistamínicos y demás.
·  Se recomienda el no sobredosificarse en el consumo  de los medicamentos antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos, y  un tratamiento complementario psicoterapéutico.
·     Se sugiere manifestar sobre el consumo de estos medicamentos al realizar alguna prueba de aptitud de conducción.
·  Restringir la práctica de conducción en paciente con consumo considerable de psicofármacos que comprometa dichas habilidades.
·   Se recomienda tener en cuenta la rutina  del paciente  al momento de realizar la prescripción de  psicofármacos, debido a la ejecución de  trabajos  que involucren  maquinaria   que requieren  cuidados y precisión, por lo que pueden verse afectados al respecto; además de aumentar el  riesgo de accidentes en contextos laborales.
·  Se recomienda,  ante la sospecha de alteraciones de  la salud mental acudir a profesionales como médicos generales,  psicólogos, psiquiatras, etc.
·         Se sugiere contar con redes de apoyo social (familia, amigos, trabajo, etc.)



CONCLUSIONES

La conducción de automóvil, motocicleta y  demás, son prácticas cada vez más comunes en la sociedad, el conducir requiere de diferentes habilidades cognitivas y físicas, por lo tanto,   se tiene que estar en las mejores condiciones al respecto para disminuir riesgos de  accidentes. Sin embargo, el consumo de psicofármacos es un hecho que no podemos ignorar,  su aumento de manera considerable en la sociedad es cada más preocupante, dado que las  personas que ingieren estos medicamentos a su vez están frente al volante en las  calles. Además, es necesario tener en cuenta y generar restricciones en torno a la prescripción, consumo y prácticas de conducción por parte de los pacientes con consumo.


REFERENCIAS

REFERENCIAS


2.        Machado-Alba Jorge Enrique, Alzate-Carvajal Verónica, Jimenez-Canizales Carlos Eduardo. Tendencias de consumo de medicamentos ansiolíticos e hipnóticos en una población colombiana, 2008-2013. Rev.colomb.psiquiatr.  [Internet]. 2015; 44(2): 93-99.  Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-74502015000200005&lng=en. 


4. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. 5 th Ed. Arlington, VA: American Psychiatric Association; 2013.

5. Cárdenas L, Orjuela R, Téllez-Mosquera J. Perfil clínico y demográfico de pacientes atendidos en los servicios de urgencias, por intoxicación aguda con sustancias psicoactivas. Bogotá D.C., julio 2010- junio 2011. Rev.fac.med.  [Internet]. 2012;60(4): 265-273. Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-00112012000400002&lng=en.

6. Sánchez OA, González JO, Dominguez C, López A. Estudio de policonsumo en una muestra de conductores de Bogotá, año 2005. Rev Fac Med Univ Nac Colomb. 2007; 55: 14-23. Disponible en:  https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/21972

7. Brunnauer A, Laux G. Driving Under the Influence of Antidepressants: A Systematic Review and Update of the Evidence of Experimental and Controlled Clinical Studies. Pharmacopsychiatry. 2017;50(5):173-81. Doi:  10.1055/s-0043-113572


9.  Strand MC, Gjerde H, Morland J. Driving under the influence of non-alcohol drugs--An update. Part II: Experimental studies. Forensic science review. 2016;28(2):79-101. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27257716

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