Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), son medicamentos ampliamente utilizados en todo el mundo y son base de la terapia de primera línea para tratar el dolor y la fiebre de diferentes afecciones médicas a corto y largo plazo. Los más utilizados son la aspirina, el acetaminofén, el ibuprofeno, el diclofenaco, la indometacina y el naproxeno. Todos los AINE comparten acciones antipiréticas, analgésicas y antiinflamatorias, con la excepción del acetaminofén, que carece en gran medida de actividad antiinflamatoria [1]. Estos medicamentos actúan bloqueando la producción de ciertas enzimas en el cuerpo que causan inflamación. Los AINE son medicamentos disponibles con y sin receta médica (venta OTC), y están disponibles solos y combinados con otros medicamentos. Comparten ciertos efectos secundarios comunes, que incluyen dolor de estómago, estreñimiento, diarrea, úlceras, ardor de estómago, náuseas, y vómitos. [2]
El mecanismo de acción para generar analgesia de estos medicamentos está basado en la inhibición de la síntesis de prostaglandinas impidiendo la sensibilización de los nociceptores aferentes primarios, esta inhibición se da en la vía de la ciclooxigenasa COX , esta enzima se presenta en dos isoformas la ciclooxigenasa 1 (COX-1) que tiene funciones fisiológicas en el mantenimiento de la protección gástrica, flujo renal, agregación plaquetaria, en el endotelio vascular entre otras y la ciclooxigenasa 2 (COX-2) que es la isoenzima que es inducida por los mediadores de la inflamación en condiciones patológicas. La expresión de estas isoenzimas en el sistema nervioso central, se da en los ganglios raquídeos en pequeños cuerpos de neuronas aferentes primarias las cuales están encargadas de conducir el mensaje de dolor de la periferia hasta el asta dorsal de la médula espinal. [3]
Al ser los AINES medicamentos que pueden ser adquiridos fácilmente en una farmacia sin requerirse fórmula médica, son de amplio uso por la población sin restricción ni concientización. Esta población incluye mujeres en estado de embarazo las cuales podrían estar causando daño al feto con el consumo de estos medicamentos sin siquiera saberlo. (Un estudio de cohorte prospectivo en Noruega encontró que el 7,2% de las mujeres embarazadas de su población usaban un AINEs durante el embarazo y practicaban comúnmente la automedicación). [4]
Consumo de AINEs y sus problemas en el embarazo
Durante
el embarazo los medicamentos de tipo
AINEs, están contraindicados después del segundo trimestre, sin embargo,
se encuentra que son de amplia utilización durante el primer trimestre, son
utilizados para el tratamiento de dolores de cabeza, dolor en las
articulaciones, artritis, reducción de la fiebre, prevención de enfermedades
cardíacas o por otras razones e indicaciones por lo cual se encuentran entre
los medicamentos de mayor uso con o sin
prescripción. Sin embargo, estos
medicamentos deben utilizarse con precaución durante el embarazo, pues
se ha reportado que durante el primer trimestre del embarazo se pueden
presentar malformaciones, esto dado porque en esta etapa embrionaria las
células se multiplican muy rápidamente formando el cuerpo del feto, según un estudio se reportó que la
administración de ácido acetilsalicílico
(aspirina) frecuentemente y a
dosis altas aumenta el riesgo de presentar estas anomalías congénitas [5].
Por
otra parte, se encuentra que a partir de la 28/30 semana de embarazo los AINEs,
exceptuando el paracetamol, están contraindicados por estar relacionado con
toxicidad fetal/neonatal [6][7]. Esto debido a que,
aproximadamente entre las semanas 20 y 32 de gestación ocurre un aumento
exponencial en el desarrollo de las nefronas y esta nefrogénesis suele completarse
hacia la trigésima sexta semana de gestación, por lo que en esta etapa la orina
fetal pasa a ser la principal fuente de líquido amniótico, con una contribución
de 300 ml / kg de peso fetal / día [8] [9].
Por tanto, los problemas renales en el feto pueden provocar niveles
bajos de este líquido (oligohidramnios), afectando así su desarrollo prenatal. Esto porque, el líquido amniótico
ayuda a proporcionar un espacio físico para el movimiento fetal el cual
se requiere para la maduración neuromusculoesquelética, es esencial para el
crecimiento normal de los pulmones, permite el desarrollo del tracto
gastrointestinal, protege al feto del trauma y tiene propiedades
bacteriostáticas [10] [2].
Mecanismo de toxicidad fetal
El mecanismo por el cual los AINE inducen
disfunción renal está relacionado con su interferencia en la síntesis de
prostaglandinas, al inhibir reversiblemente las dos isoformas principales de la
enzima ciclooxigenasa (COX-1 y COX-2). El bloqueo de la síntesis de
prostaglandinas por los AINEs y la disminución de la activación de los
receptores de prostaglandinas reducen la perfusión renal. Esto puede causar
complicaciones renales graves, aunque raras, en lactantes expuestos a AINES en
el útero [11]. Además, durante el periodo de gestación fetal la función
fisiológica de la prostaglandinas derivadas de la COX -1 y COX-2 sobre los riñones no se limita a la acción vasodilatadora sobre
las arteriolas eferentes glomerulares que permite controlar la tasa de
filtración glomerular junto con la angiotensina II, sino que también tiene
participación en la promoción y el control de la nefrogénesis.
Adicionalmente, durante el periodo perinatal las prostaglandinas son esenciales para el mantenimiento de la función tubular y en el flujo sanguíneo renal [12]. Los efectos del daño renal fetal por la administración de AINE durante el embarazo, van desde el fenómeno de oligohidramnios hasta una falla renal letal en recién nacidos. Los mecanismo por los cuales se presenta la disminución de la orina fetal se relacionan con el glomérulo y los segmentos tubulares, estudios en humanos han demostrado que la administración de AINE disminuye la tasa de filtración glomerular como consecuencia en la reducción de flujo sanguíneo renal e incrementa la osmolaridad de la orina [9]
Toxicidad de AINEs
Algunos estudios reportados evidencian
que la indometacina se ha utilizado además de analgésico y antiinflamatorio,
como agente tocolítico para prevenir las contracciones uterinas prematuras, y
para tratar el polihidramnios (acumulación de demasiado líquido amniótico)
[13]. Aunque complicaciones renales parecen ser poco comunes, es importante
saber que se han descrito varios casos de insuficiencia renal grave o
irreversible, que provocan oligohidramnios y hasta muerte perinatal después de
una semana de exposición a indometacina en el útero [12] [2]. También, casos
adicionales en los que se detectaron niveles bajos de líquido amniótico durante
el embarazo, regresando el volumen de líquido a la normalidad después de
suspender el AINE [2].
Otro AINE reportado es el ácido acetil
salicílico, donde a partir del tercer trimestre se debe disminuir la
regularidad de su uso, debido a que se une de forma irreversible a ambas
isoformas de COX, el efecto renal es mayor y aumenta la probabilidad de
presentarse oligohidramnios, además de hemorragias durante el parto y
malformaciones. Sin embargo, las dosis de analgésicos individuales no parecen
representar un mayor riesgo [14].
Por otra parte, el uso de AINEs como el ibuprofeno y el diclofenaco se puede considerar en los dos primeros trimestres para la terapia antiinflamatoria. Desde la semana 28 en adelante, el uso (repetido) de estos agentes para indicaciones antiinflamatorias o analgésicas está relativamente contraindicado. Es decir, solo en casos especiales, teniendo en cuenta la relación riesgo-beneficio y siguiendo las recomendaciones. Por ejemplo, el Ibuprofeno es el medicamento de elección en los raros casos de ataques de gota durante el embarazo, se debe controlar la circulación fetal con regularidad (una o dos veces por semana) con ecografía (Doppler) y se debe suspender la medicación tan pronto como aparezcan los signos de constricción ductal, además de descartarse el oligohidramnios [14].
Debido
a estas circunstancias se cuenta con alternativas terapéuticas como el paracetamol cuando se requiera
analgesia y/o antipiresis, pues se puede
utilizar en las dosis habituales en cualquier etapa del embarazo [14]. También,
cuando se requiera analgesia y en los casos inflamación, se recomienda el uso
de corticosteroides excepto la dexametasona y betametasona, ya que para estos dos medicamentos se han
descrito varios efectos adversos entre los que se encuentran; crecimiento
intrauterino restringido abreviado como CIR, reducción significativa del
perímetro craneal proporcional al número de ciclos administrados, disminución
del peso del pulmón, retraso del neurodesarrollo, supresión funcional adrenal y
una mayor incidencia de evolución adversa en pacientes que reciben tres o más dosis. [6][7].
MENSAJE CLAVE
● Se ha encontrado
que el uso de AINEs en mujeres embarazadas puede inducir disfunción renal luego
de la semana 20 de embarazo, provocando disminución de líquido amniótico y con
esto un desarrollo prenatal inadecuado.
Por lo que se recomienda evitar su uso en esta etapa de embarazo; con
excepción del paracetamol.
● Si un profesional
de salud evalúa que es necesario el uso de AINEs entre las 20 y 30 semanas de
embarazo, debe limitarse a la dosis eficaz más baja durante el menor tiempo
posible. Además, de realizar una monitorización ecográfica del líquido
amniótico si el tratamiento con AINEs se extiende más allá de las 48 horas y
siempre siguiendo las guías de práctica clínica.
● Es importante el uso racional de medicamentos en mujeres en estado de embarazo; en el caso de los antiinflamatorios no esteroideos, por su facilidad de adquisición al ser de venta OTC es importante no automedicarse. Cualquier medicamento debe ser prescrito por un profesional de salud, o asesorada por un farmacéutico.
CONCLUSIONES
● Los AINES son
medicamentos utilizados para el dolor y la fiebre, y al ser comercializados de
venta libre OTC aumenta su mal uso, en especial por la automedicación. Según la
FDA el consumo de estos medicamentos en mujeres embarazadas con 20 semanas o
más, puede provocar daño renal en el feto, disminuyendo el volumen de líquido amniótico. Por lo que
se recomienda evitar su uso.
● Los AINES al
bloquear la síntesis de prostaglandinas y reducir la activación de sus
receptores, disminuyen la perfusión renal, lo que disminuye la mayor fuente de
líquido amniótico, la orina fetal. Por
lo que se recomienda usarlos teniendo en cuenta su relación riesgo-beneficio, o
como mejor opción realizar una sustitución terapéutica.
El uso irracional de medicamentos es un problema de salud pública. En mujeres embarazadas la automedicación es un aspecto muy delicado, pues, aunque algunos medicamentos sean de venta OTC, no quiere decir que no exista un riesgo para el feto. Por ello cualquier consumo de este tipo de medicamentos debe ser prescrito por el profesional de salud.
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