Investigadores estadounidenses desarrollaron un
anticuerpo monoclonal que neutraliza cerca del 90% de las cepas de VIH en personas
infectadas y se preparan para iniciar ensayos clínicos en recién nacidos y sus
madres en África.
Éste proyecto suscitó enormes críticas. Entre
ellas, se afirma que el producto sería demasiado costoso para su uso masivo en este
continente y que además ya existe un
método eficaz para prevenir la transmisión vertical de este retrovirus: la
profilaxis con antirretrovirales (ARV).
No obstante, aunque sean tratados con ARV, 2-5%
de los bebés manifiestan la infección a los 6 meses de edad. Los ensayos clínicos con el nuevo anticuerpo
tienen el propósito de averiguar si su administración concomitante a ARV permite eliminar las tasas de infección
residual. La investigación procederá sólo
si la FDA autoriza esta molécula como medicamento de investigación.
La terapia ARV se suministra en países pobres a un costo de menos de 200 USD por
paciente-año mientras que en EE.UU un
tratamiento con anticuerpos monoclonales cuesta miles de dólares por
paciente-año. Además, la administración
de anticuerpos monoclonales requiere de personal calificado, lo que no ocurre
con las tabletas de ARV.
Así, parece válido cuestionar la ética de un
ensayo clínico en una población altamente vulnerable que tendrá grandes dificultades para acceder al tratamiento si éste recibe la
aprobación de las agencias regulatorias.
La existencia previa de mecanismos para garantizar este acceso sería más
que deseable.
Link de la noticia completa:
http://www.nature.com/news/hiv-trial-under-scrutiny-1.12214
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