Introducción
La hipertensión es una patología en donde los vasos sanguíneos
presentan una tensión alta de manera sostenida (haciendo referencia a la fuerza
que produce la sangre sobre los vasos),
implicando que el corazón requiera hacer mayor esfuerzo para bombear la sangre
así como también el posible daño de los vasos sanguíneos. Este trastorno
presenta una alta incidencia en la población adulta y es conocido como el
asesino silencioso considerando que en la mayoría de las personas no presenta
algún síntoma en específico [1].
La hipertensión se ha relacionado con consecuencias como daño al
corazón y a los vasos sanguíneos de órganos principales como el cerebro y el
riñón, infarto al miocardio, accidente cerebro vascular, aneurisma, entre otras
[1,2]. Por otro lado aunque se tiene claro que la
hipertensión puede afectar la estructura y función del cerebro, sus mecanismos
y la relacion no esta completamente elucidada, teniendo en cuenta su
complejidad y los diferentes factores que la afectan [3]; en los últimos años
se han realizado investigaciones para comprender el papel de la hipertensión en
el deterioro de la esfera mentalo y la demencia obteniéndose resultados
contradictorios entre investigadores, dichas discrepancias pueden tener origen
en la población objetivo de estudio, la patología e incluso la metodología de
evaluación (en donde se incluye el
tiempo de estudio). Por ejemplo dependiendo de las metodologías va a depender
el dominio del desarrollo mental que se evalúe, y hay dominios cognitivos que
se ven más afectados que otros por las patologías, sino se emplea un buen
ensayo, se tendrán resultados erróneos [3]; por otro lado en cuanto a la
patología hay estudios que se evalúa la hipertensión y su relación con el
alzheimer, en cuanto otros evalúan su relación con la demencia vascular [4],
teniendo en cuenta estas consideraciones es posible que por la etiología de la
demencia vascular, está en los ensayos se vea íntimamente relacionada con la
hipertensión y mas favorecida en la terapia con antihipertensivos. En cuanto al
tiempo como lo dice el el artículo de ruth peters et al [4], un ensayo debe
evaluarse suficiente tiempo para obtener resultados adecuados, ya que si se
estudia un tiempo menor al requerido puede que se den falsos negativos.
En cuanto a la población objetivo, observado como grupos en
ciertos rangos de edad, se ha encontrado que la edad y la duración de la
hipertensión es un factor clave a considerar al momento de hablar de la
relación entre esta patología y el daño
cognitivo; se ha evidenciado que en personas de mediana edad con hipertensión
no tratada existe una asociación entre la presión arterial y
el deterioro del proceso mental tardío y la demencia incidente, contrario a los
hallazgos encontrados en las últimas etapas de vida (90-100 años) donde no se ha evidenciado
asociación e incluso algunos investigadores han encontrado un efecto protector.
Independientemente
de la edad se ha observado que los dominios del desarrollo de las habilidades
cerebrales que posiblemente son los más vulnerables son el funcionamiento
ejecutivo y la velocidad para procesar la información [3].
Control actual de la presión
arterial
Actualmente el control de la presión arterial es necesario, debido
a que la hipertensión arterial se presenta de manera significativa en la
población adulta, por ejemplo según el ministerio de salud actualmente 4 de
cada 10 adultos sufre de hipertensión y uno de cada tres no logra mantener los
niveles por debajo de los 140/90, valores asociados a la hipertensión en
estadio I. [5] Sin embargo es una enfermedad prevenible e incluso tratable para
lo cual dependiendo de los niveles de presión que tenga la persona puede
recibir un tratamiento farmacológico y no farmacológico.
Tratamiento No
Farmacológico:
El tratamiento no farmacológico usualmente funciona como
coadyuvante del tratamiento farmacológico cuando los pacientes se encuentran en
valores de presión entre 120-140 para la presión sistólica y entre 80 a 90 para
la diastólica, sin embargo se recomienda debido a que tiene un efecto
significativo en el aumento de la presión, igualmente se recomienda que desde
tempranas edades se utilice como profilaxis de esta enfermedad y más en
aquellas poblaciones propensas a sufrir de esta patología. [5] Este tratamiento
se enfoca principalmente en el cambio de la dieta y en el aumento del ejercicio
debido a que este tipo de patología posee múltiples factores originadores
relacionados no solo con hábitos de vida saludable, que no solo incluyen la
dieta y el ejercicio, sino el consumo de sustancias como el alcohol y el
tabaco, adicionalmente a estos factores también se pueden describir otros
factores como la edad, la etnia, el género y factores específicos como la
genética. [6]
Respecto a la dieta se recomienda una dieta hipocalórica (baja en
harinas y azúcares) enfocada principalmente para personas obesas, se recomienda
adicionalmente una dieta baja en sal para disminuir el consumo de sodio y
potasio, especialmente enfocado en la elección de alimentos de consumo diarios
ya que estos compuestos pueden afectar el control adecuado de la presión, otros
factores a controlar dentro de la dieta es el consumo de colesterol y grasas
saturadas debido a que puede llevar a mayores complicaciones como
aterosclerosis, y por último para el consumo de sustancias como el alcohol y el
tabaco se recomienda su restricción. [7,8]
Por otro lado se recomienda el aumento en la actividad física ya
que se ha demostrado que la actividad física y el ejercicio mejoran el sistema
circulatorio, debido a que mejoran la disposición y distribución del oxígeno y
de esta manera reduce la prevalencia de enfermedades como la aterosclerosis y
la hipertensión, por lo cual se recomienda para la profilaxis de esta, [7] sin
embargo como en la mayoría de tratamientos e igualmente que con la dieta se
recomienda el análisis inicial de un especialista y la individualización del
tratamiento dependiente de la patología y de los valores de presión del
paciente [8].
Tratamiento
Farmacológico:
Por otro lado para los pacientes en los que los valores de presión
se encuentran altos y se encuentran dentro del grupo correspondiente a la
hipertensión en estadio I, se recomienda el inicio del tratamiento
farmacológico, donde se busca como objetivo lograr la reducción de estos valores,
buscando inicialmente individualizar el tratamiento de manera escalonada
normalmente se empieza con diuréticos y betabloqueadores para proseguir de
manera escalonada con los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina
y los antagonistas de los receptores de angiotensina, que en su mayoría son los
prescritos para los pacientes actualmente; igualmente las dosis inician en
pequeñas cantidades para ir aumentando hasta que se logre el control de la
presión deseado teniendo en cuenta las recomendaciones en dieta y ejercicio.
[8]
Relación entre el control de la
presión arterial y el deterioro cognitivo.
Hipertensión y su
relación con la función cognitiva.
En la actualidad existen un sin fin de estudios que buscan
relacionar el control de la presión arterial con el deterioro de la integridad
cerebral y su desempeño, esto dado debido a ciertos estudios de cohorte que han
observado una relación entre la hipertensión y el deterioro de las funciones
superiores cerebrales, posiblemente relacionado con un daño en la integridad
vascular [9]. Sin embargo algunos
análisis de estos estudios han permitido clarificar características importantes
para que esta relación sea favorecida.
En algunos estudios principalmente longitudinales, se ha observado
que el desarrollo de hipertensión en la mediana edad, en especial entre la
cuarta y quinta década de la vida, la presión alta no tratada puede aumentar el
riesgo de deterioro cognitivo años después [10], sin embargo esto también
estará definido por la duración de la hipertensión y la trayectoria de los
niveles de presión arterial [11]. Adicionalmente la hipertensión en décadas
posteriores como entre la sexta y séptima se ha asociado con una peor función
cerebral global y como posible factor de riesgo para el deterioro de la
integridad y funcion cerebral a nivel leve (DCL) [12, 13]. Por otro lado
personas entre la octava, novena y décima década de la con hipertensión han
mostrado no presentar asociación e incluso en algunos estudios se ha observado
un efecto protector por lo cual los estudios han definido la posibilidad de que
esta relación depende de la edad. [14]
Adicional a lo anterior y confirmando lo mencionado, una mayor
duración entre la aparición de la hipertensión y las pruebas para valorar la
funcion mental realizadas, se asocia con capacidades cognitivas reducidas
independientemente de la edad [15], por lo cual la aparición de la hipertensión
arterial en edades tempranas representa una mayor duración y respalda el hecho
de que la aparición en la mediana edad representa un mayor riesgo. Otra
variable a tener en cuenta es la variabilidad de la presión arterial, debido a
que la PA fluctúa sustancialmente durante un periodo de 24 horas debido a
cambios posturales, el ritmo circadiano y la variabilidad fisiológica, sin embargo
con el aumento de la edad aparecen cambios bruscos asociados, por ejemplo con
la hipotensión ortostática que pueden tener relación con el déficit del proceso
mental, debido a que la variabilidad durante el día y por ejemplo la baja de la
presión en la noche se consideran factores de riesgo potenciales [16].
Hipertensión y el riesgo
de demencia.
Actualmente se considera que las patologías más representativas
asociadas con la demencia son el Alzheimer y la Demencia Vascular, para las
cuales se ha identificado como posibles factores de riesgo múltiples formas de
de enfermedad cardiovascular, por ejemplo en las autopsia de pacientes
diagnosticados con enfermedad de alzheimer se presenta una patología
cerebrovascular significativa, mostrando una posible fisiopatología similar
entre estos problemas debido a una posible asociación fenotípica que lleva a la
producción de arterias hipercontráctiles, desencadenado hipoperfusión cerebral
(Disminución en el flujo sanguíneo cerebral) que podría estar relacionada con
la incidencia del Alzheimer [17], sin embargo los estudios actuales muestran
asociaciones confusas o contradictorias en algunos casos, por ejemplo se ha observado una relación
constante entre la presión arterial diastólica elevada en la mediana edad y la
enfermedad de Alzheimer incidente [18], y por otro lado al igual que lo que se
mencionaba anteriormente es que la hipertensión en la vejez no parece ser un
factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer incidente [19] inclusive se ha
observado que con el inicio y progreso de la enfermedad de Alzheimer existe una
disminución en la presión arterial por lo cual se juzga más es el posible efecto
dañino de una presión alta en la mediana edad y una disminución significativa
en la vejez sobre el deterioro cognitivo. [20]
Por otro lado para la Demencia Vascular se atribuye a la
hipertensión arterial como un factor de riesgo para la enfermedad cerebrovascular
o de los vasos pequeños, sin embargo sólo pocos estudios han examinado
directamente la relación entre estas, pero se ha observado que la relación
entre la hipertensión a mediana edad y la demencia vascular resulta ser más
robusta y consistente que la encontrada con el Alzheimer [21], sin embargo eso
se debe definir adecuadamente debido a que en la mayoría de casos los pacientes
pueden tender a desarrollar Alzheimer mixto y demencia vascular, por lo cual
una puede estar asociada a la otra, por otro lado para el desarrollo en la
hipertensión tardía al igual que en el Alzheimer los resultados son
contradictorios. [22]
Ensayos Clínicos
Antihipertensivos para Mejorar la Cognición.
Debido a todo este tipo de estudios que presentan las múltiples
asociaciones entre la hipertensión y el deterioro del desarrollo cerebral, que
han tenido un auge en la actualidad, se han realizado diferentes estudios para determinar si el
control de la presión arterial puede retrasar el estado degenerativo mental y
reducir el riesgo de demencia, estudios que principalmente se han desarrollado
con controles placebo donde los resultados son contradictorios por ejemplo en
2009, se desarrolló un
estudio que concluyó que no existe evidencia significativa de los efectos
protectores del uso de antihipertensivos en la vejez [23], aunque otros
estudios encontraron un posible efecto protector contra el deficit mental y la
demencia en los antihipertensivos, que puede estar dado por cambios
neurobiológicos específicos del fármaco adicionales a su efecto farmacológico
[24], a partir de esto un metaanálisis que comparó las propiedades de
diferentes clases de antihipertensivos, observó que los antagonistas de los
receptores de angiotensina poseen efectos neuroprotectores superiores a otros
grupos farmacológicos [25].
Sin embargo debido a que el la ausencia del desarrollo y
mantenimento funcional de la estructura mental y en general las enfermedades
neurodegenerativas son un proceso relativamente gradual, se considera realizar
estudios que no estén limitados por su corta duración, debido a que de esto
dependerá el efecto observado, por lo cual es que se determina que en general
el factor determinante puede ser la aparición de la elevada presión en la
mediada edad y por lo tanto a este tipo de población debería ser dirigido el
control de la presión arterial, adicionalmente se debe resaltar las
metodologías utilizadas para la determinación del deterioro cognitivo, ya que
deben ser adecuadas debido a que a partir de estas es que son comparables los
estudios y los resultados de tal manera que se determine de manera secuencial
si efectivamente el control de la presión arterial podría disminuir el riesgo
de la falta de desarrollo integral de la función mental. [3]
Mensajes Claves.
●
El control adecuado de
la dieta y el aumento en la actividad física pueden llevar a prevenir
enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial y ser un
tratamiento coadyuvante en caso del desarrollo de esta patología por lo cual se
recomienda a los pacientes en general.
●
Aunque existe una
posible relación entre el deterioro cognitivo y la aparición de presion alta en
la mediana edad se recomienda no automedicarse y acudir a su médico para el
tratamiento adecuado de esta patología
●
Actualmente los
resultados encontrados no son concluyentes, respecto a si el control de la presión arterial puede disminuir
el deficit adecuado de desarrollo cerebral a largo plazo debido a que depende
de múltiples efectos como el tiempo de duración de la hipertensión, del control
de la presión, de la edad de aparición y de la variabilidad en la presión
diaria por lo cual se recomienda seguir investigando para lograr determinar
asociaciones fiables entre estas patologías.
Conclusión
La hipertensión arterial es una patología de alta incidencia a
nivel mundial en los adultos que presenta varias comorbilidades y consecuencias
en diferentes órganos como corazón, riñón, entre otras. En el tratamiento para
este trastorno no solo se indica terapia
farmacológica, sino también tener hábitos de vida saludable como dieta
balanceada y ejercicio; siendo estas dos últimas de gran importancia para la
prevención de varias enfermedades. Teniendo en cuenta lo descrito anteriormente
existe evidencia significativa de una posible relación entre la hipertensión y
el deterioro cognitivo, sin embargo se encuentran múltiples factores que pueden
influir en la significancia de la relación como lo son el tiempo de duración de
la enfermedad que estará relacionado con la edad de aparición de la patología y
del tratamiento con el que se lleva esta.
Adicionalmente es importante recalcar que entre las
investigaciones realizadas no se ha llegado a un consenso respecto a este tema,
y se difiere en ciertas particularidades respecto a la metodología escogida
para realizar el estudio, lo que puede llevarnos a diferencias importantes en
los resultados de los mismos; por lo cual será necesario que se sigan
realizando más estudios a futuro, analizando los resultados previos para tener
investigaciones más concretas y un consenso sobre el mismo.
Por otro lado es importante recalcar que para la
salud del paciente, es esencial mantener la patología lo más controlada
posible, independiente de los resultados de estas investigaciones, teniendo en
cuenta que la hipertensión puede tener efectos perjudiciales significativos en
otros sistemas.
REFERENCIAS
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